martes, 5 de octubre de 2010

Por qué el PSOE podría volver a ganar las elecciones

Pues sí. Y con la que está cayendo y la que queda por caer. El PSOE podría volver a ganar las elecciones. Y Rajoy podría volver a perderlas.

La crisis, mejor dicho La Crisis, está pasando factura al Gobierno. Y cara. No sé si caben revolcones mayores estadísticamente hablando. Pero hay algo que están haciendo bien. Y es personalizarlo en Zapatero. La marca ZP está desgasta, apabullada, destruida, machada y hundida. Estas siglas, que dejaron perplejos y pillaron con el pie cambiado a más de uno, sirvieron para aupar al PSOE al Gobierno. Y pueden ser precisamente las que salven al PSOE del descalabro electoral que todo el mundo (menos yo) vaticina.

La clave está precisamente en la personalización de los males del Gobierno con Zapatero. Efectivamente, dirán muchos, es que es así. Y no les falta razón. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es el urdidor de las decisiones más polémicas del Ejecutivo, sobre todo las de mayor calado ideológico de la izquierda: matrimonio homosexual, Ley de Memoria Histórica, Educación para la Ciudadanía, la nueva ley del aborto... Pero también está detrás y delante de la peor cara de la crisis: los terribles datos del paro que no acaban nunca, la desaceleración y recesión económica, la negación de una crisis evidente para todos, las correcciones europeas a nuestra política de gastos, la inacción del gobierno esperando a que la tormenta arrecie, la subida de impuestos, la congelación de salarios...

La gestión de la crisis no ha sido buena. No está siendo buena. El descontento es generalizado también en las filas socialistas. ZP pierde fuelle. Y pierde fuerza también entre los militantes, que osan elegir al candidato Gómez que le responde en público, dejando en evidencia a su Trini ante toda España. Y de todo esto, Zapatero es el gran culpable.

Por eso, si a última hora el PSOE presentara un nuevo candidato, estaría libre de toda culpa. Nueva cara, nuevo proyecto, nueva energía, y nuevos y antiguos votos... Seguramente, el nuevo candidato se apoyara en los grandes avances sociales e ideológicos de la era Zapatero que, pobre de él, sufrió en sus carnes La Crisis provocada por la mala praxis del capitalismo más avaricioso. Este nuevo candidato socialista trataría de alejarse de ZP pero no del socialismo, y contaría por tanto con todo el aparato mediático del PSOE, del Gobierno y el de la izquierda temerosa de la llegada de la derecha al poder. Aportaría además la frescura de un nuevo proyecto ilusionante capaz de seguir manteniendo la ideología de izquierda marcada por su predecesor, sin tener que cargar con las culpas de la mala gestión realizada antes por el presidente del Gobierno de su propio partido. 

En este hipotético escenario, nos encontraríamos al otro lado como candidato al actual líder de la oposición, Mariano Rajoy. El mismo que lleva enfrentándose al desgastado Zapatero desde el año 2004. El mismo que perdió tras los fatales acontecimientos del 11-M y la mala gestión de la comunicación que se hizo en aquellos difíciles momentos. El mismo Rajoy que lleva repitiéndole a Zapatero desde que llegó que lo está haciendo mal y está poniendo en peligro la bonanza económica, la unidad y el futuro del país. El mismo que volvió a perder en 2008 con una crisis bien entrada pero negada desde el Gobierno, y con un colchón de 10 millones de votos que le animó a mantenerse al frente del Partido Popular. El mismo Rajoy que piensa que el Gobierno caerá por su propio peso y que pronto le llegará a él el turno (igual que Zapatero piensa que tampoco es necesario hacer grandes cosas en la Economía, que ésta se recuperará sola y a tiempo de ganar las próximas elecciones).

Pues ambos se equivocan. Por el desgaste de la crisis, tanto Zapatero como Rajoy están más que amortizados. Al primero le ha comido literalmente su pésima gestión económica. Al segundo, pensar que Arriola tiene razón y que la alternancia política base de la democracia triunfará en las próximas elecciones gracias al desgaste del actual presidente del Gobierno. Bien Arriola, pero ¿y si cambian de candidato?, ¿deberá seguir presentándose Rajoy entonces? ¿Tiene alguien alguna duda de que el PSOE vaya a consentir que se presente Zapatero de nuevo? ¿Qué debería hacer entonces el Partido Popular?