jueves, 16 de junio de 2011

Sin violencia. Sin distracciones. Por los motivos del 15-M

El movimiento 15-M dejó de estar acampado en las plazas. Ahora ha acampado en los periódicos. Pero por motivos que a muchos no nos agradan. Hay mucho ruido, demasiado. E intoxicación también, sí, porqué no decirlo. 


Los medios de comunicación tradicionales no llegaron nunca a entender ni a simpatizar con la filosofía que sustentaba las movilizaciones. Normal, por otra parte. De algún modo han formado parte del Establishment, del Sistema; aprendieron a convivir con una clase política que supo manejar a su antojo a determinados medios de comunicación, lanzándoles y tragándose los mensajes que interesaban en determinados momentos. Y, además, se ven amenazados por esta gran ola de libertad que campa a sus anchas por Internet: la gente ya no compra periódicos. Y la publicidad ha dejado de tener credibilidad. Es el fin del negocio. 


Es muy difícil conocer ahora la verdad. "El 15-M es un movimiento de izquierda" "Está manipulado por la izquierda" "Beneficia a la izquierda" "Sólo el PP se ha reforzado con el 15-M" "Los de Sol están manipulados por Rubalcaba, como ocurrió tras el 11-M" ... y así incansablemente. Pero no. Qué equivocación. No me cansaré de decirlo. El movimiento del 15-M ha tenido tanta fuerza, precisamente, porque aglutina a tantísimos descontentos con un sistema político excesivamente cerrado y viciado en sí mismo. ¿Que los acampados han pedido otras muchas cosas referentes al sistema económico? Claro. Es que los que estaban allí en Sol y en las demás asambleas no eran ni mucho menos los funcionarios con sueldos congelados, los padres de familia en apuros, los trabajadores que temen perder su empleo cada día, los miles de autónomos que están al frente de sus negocios peleando por el último céntimo de euro que quieran conseguir. Estaban los que podían, en representación de otros muchos. Por eso los manifiestos han sido tareas imposibles de alcanzar. Las asambleas no lograban acuerdos mayoritarios. Y es que los descontentos y sus motivos son demasiados. No se puede simplificar. 


Razones del 15-M



Hace unos días, el conocido bloggero Enrique Dans, publicaba en El País un artículo en el que reclamaba una "Transición 2.0". Y recogía, entre otras cosas, algunas de las razones que inspiraron el 15-M: "La democracia que vivimos empieza a tener notables desajustes con respecto a la sociedad bidireccional e hiperconectada que hemos construido. Sentimos que los políticos que votamos ya no nos representan, y que han construido un sistema que sustituye a la verdadera democracia con una partitocracia, con leyes electorales que alejan al votante del político, que plantean representantes que ni siquiera conocemos y a los que no podemos pedir responsabilidades, en estructuras de partidos nada democráticas y convertidas en monstruos burocráticos e ineficientes en los que prima el seguidismo, la autopreservación, el escalafón y la jerarquía. Estructuras en las que la corrupción campa a sus anchas, partidos convertidos en empresas cuyo fin es mantenerse en el poder a toda costa, que intercambian dinero y favores con otras empresas y lobbies para beneficiarlos cuando lleguen al poder a cambio de los medios necesarios para conseguirlo. Préstamos que desaparecen, facturas que se perdonan o se inflan según convenga, favores que se pagan con el erario público, amiguismo, nepotismo... todos los vicios que rodean a unos políticos convertidos en “clase política”, en una Corte de Versalles que se autoconcede privilegios, pensiones, cargos, sueldos multicompatibles, consejos de administración, retiros dorados..."

¿Y los políticos? Pues hacen lo que pueden. Los de IU salen escaldados cada vez que se acercan  ('Los indignados zarandean a Cayo Lara'). El PSOE, que bastante tiene con lo que tiene, anda metido preparando su Conferencia Política de septiembre, y se refugia en IDEAS y en un útlimo invento llamado Socialismo Abierto (bajo la filosofía de la apertura y del Open Goberment). El PP oficial sigue mirando con recelo el movimiento, imaginando a Rubalcabas o Kalesborrokas tras los 'perro-flautas'. Pero descubren asombrados que Líderes del 15-M arropan a ex-dirigentes del PP, o que Esperanza Aguirre, la 'verso suelto' del PP lideresa de Madrid, hace guiños a los indignados anunciado cambios en la Ley Electoral Autonómica para instaurar Listas Abiertas.   


Pero todo cambia cuando aparece la violencia. Todos los medios de comunicación han denunciado lo que consideran un atentado contra la democracia: la presencia de los indignados en las puertas de los Parlamentos durante la toma de posesión, con enfrentamientos directos con la Policía y resultados de detenidos y heridos por ambos lados. 


Pero como la verdad, -gracias a la tecnología- ya no la controlan sólo unos pocos, descubrimos en este vídeo que en Barcelona un grupo de secretas con caras de pocos amigos trataban de infiltrarse entre los manifestantes. Tan descarado fue el intento que tuvieron que salir escoltados por los propios antidisturbios. 


No nos equivoquemos. Estos conatos de violencia son sólo maniobras de distracción. No es lo que persigue el 15-M. Desde el principio se autoafirmó como un movimiento pacífico que quería denunciar el hartazgo de una situación que se hace complicada arreglar. Es la hora de la reflexión. No como en la jornada pre electoral. Sino la de la argumentación. La de búsqueda de consensos y de apoyos. La presencia en la calle ha dado fuerza y nombre. Ahora hace falta clarificar las ideas. Sin distracciones. Sin violencia. Recuperando los motivos y razones que inspiraron el 15-M. 

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