martes, 12 de julio de 2011

El adelanto del candidato R

El adelanto electoral es la gran esperanza del PP. Es "el" argumento del PP, de hecho. Y lo último que le gustaría hacer a ZP. Pero después de la presentación de Rubalcaba como candidato, parece como si ZP ya pintara poco.

Gracias precisamente a la oficialización en la toma de riendas por parte del ex-ministro de González y Zapatero, el PSOE goza de una imagen y una fortaleza que hace tiempo que no tiene. La debacle electoral de las municipales y autonómicas del 22 de mayo ha sido superada con fuerza por la puesta en escena del candidato R (¿o debería decir candidatoR, al más puro estilo Chiquito de la Calzada?).

Su discurso estuvo plagado de guiños y de giros hacia la izquierda más pura. El hecho más destacable, quizá, el de señalar de nuevo a los bancos como culpables de la crisis y proponer que sean quienes paguen una tasa especial para la creación de empleo. Por lo demás, una buena campaña de imagen, una puesta en escena impecable y una gran estrategia de comunicación con resultado de unas ilusiones renovadas para el socialismo -que buena falta le hacían-.

Sólo la proclamación del candidato R ha logrado suficiente entusiasmo entre sus filas como para despertar el socialismo oculto, agazapado y avergonzado de los votantes. El gran respaldo mediático con el que cuenta Rubalcaba, y su alta capacidad para la comunicación, alienta entre los suyos los deseos de un cara a cara con el otro candidato R, el Registrador de la propiedad (en el que todos dan a Rajoy por perdedor, por cierto).

Además, su salida del Gobierno permite al candidato R denunciar las malas prácticas de quienes hasta ayer seguían sus indicaciones como vicepresidente segundo. Le permite hacer oposición al presidente que le designó y le quitó piedras en el camino -evitando la presencia de Chacón en las primarias-. Y puede asegurar, sin que le tiemble la voz ni la vergüenza, que él tiene la solución para crear el empleo que se destruyó durante su permanencia en el Ejecutivo.

Es precisamente la fragilidad de sus argumentos, la falta de coherencia en que ahora puede lo que antes no supo, pudo, quiso o se le ocurrió hacer, lo que juega a su contra en el tiempo. La crisis no se va a solucionar en cinco meses, la economía no va a recuperarse de aquí a que se agote la legislatura, al contrario (hoy mismo la prima de riesgo española supera los 350 puntos, lo nunca visto). Pero sí puede acabar la ilusión que su designación ha logrado insuflar a sus débiles filas. Hacía tiempo que los socialistas no se sentían orgullosos de serlo. Y eso, puede no durar siempre.

Señores candidatoRs, apuren sus maquinarias. Un país entero les espera.

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