jueves, 22 de diciembre de 2011

La ministra onubense

Estamos de enhorabuena en Huelva. El nombramiento de Fátima Báñez como ministra de Trabajo y Seguridad Social es una gran noticia para esta provincia, que ha sido la que ha votado como diputada del Congreso durante la última década.

Después de haber formado parte del núcleo económico de Rajoy, de haber preparado junto a Montoro tantos y tantos informes y valoraciones sobre presupuestos y la coyuntura económica de nuestro país, no ha sido una sorpresa su designación. Como tampoco ha sorprendido que haya sido elegida para la cartera de Trabajo, una de las más calientes que habrá en la legislatura. La inminente negociación con los agentes sociales para sacar adelante una reforma laboral que acabe con los cinco millones de parados del país será  un duro estreno.

Su nombramiento, además de ser un reconocimiento a la enorme labor que ha realizado esta trabajadora incansable de la política, forma parte de la estrategia de Rajoy y de Arenas para Andalucía. Que no le quepa a nadie la menor duda de que aquí nada se ha dejado a la improvisación, a la ocurrencia o a las cuotas. Es la primera mujer que ocupa esta cartera en la Historia de nuestro país, y no es casual. Procede de la región española más castigada por el paro, y es por algo. Y, además, tiene una cabeza privilegiada, está habituada a la macroeconomía y es meticulosa en sus tareas, lo que la hace meritoria del puesto.

La proximidad de las elecciones autonómicas andaluzas, que se celebrarán a la vuelta de la esquina, será uno de los escollos que deberá salvar la reforma laboral. El temor al vuelco electoral andaluz hará sin duda que tengamos unos meses calientes ante cualquier mínima decisión que tome el Gobierno. Servirá para remover a la ciudadanía, tomar las calles en Andalucía y despertar así el voto socialista que el 20-N decidió quedarse en casa o cambiar de aires.

Y todo ello estará en la mente de Báñez cuando tome decisiones, no me cabe la menor duda. Como tampoco dudo que su condición de mujer y madre pesará mucho en su actuación -a pesar de que las competencias de Igualdad hayan recaído sobre Ana Mato, ministra de Sanidad y Servicios Sociales-. ¿Apostamos algo a que se toman decisiones encaminadas a favorecer el empleo a tiempo parcial y el teletrabajo?  

Desde aquí le deseamos toda la suerte a la ministra onubense, seguros de que no se olivará de esta tierra ni de sus mujeres cuando prepare sus disposiciones de Empleo. Muchas felicidades, Fátima!